Perfumes Florales

Los perfumes florales son los de mayor tradición en la historia de la perfumería. Son uno de los grupos de perfumes más extensos, ideales para utilizar en primavera y verano.

En el post de hoy nos vamos a adentrar un poquito en este fascinante mundo. ¿Te animas a descubrirlo?

Son aromas frescos y aptos para el día y para la noche, en los que descubirás notas de flores como la rosa, el jazmín, las gardenias… que gracias a su riqueza aromática han sido utilizadas desde hace miles de años para la elaboración de perfumes florales, y están presentes en la mayoría de ellos. En concreto, las variedades más utilizadas son rosa damascena, rosa centifolia y el jazmín, que se encuentran en el corazón de la mayoría de creaciones de perfumes en el mundo.

En toda composición, las notas florales son de gran importancia porque añaden textura, detalles y complejidad, dando ese plus de calidad estética que transforma la mezcla de ingredientes en acabados más perfeccionados.

De todas las familias es quizás la que reconocerás más fácilmente al oler primero, desde su ramo de flores cortadas que te trasladan a las tradicionales bodas de junio, fiestas en el jardín, flores de primavera…

Cuando las flores son el olor dominante, decimos que el perfume pertenece a la familia floral, la más popular dentro del mundo de los perfumes.

La familia floral es extensa, y tiene muchas sub-familias. Hay perfumes en los que una flor proporciona el aroma dominante, y otros en los que se mezclan los olores de varias. Trabajar con esta familia olfativa ofrece una gran variedad de combinaciones posibles: sus fragancias pueden componerse de diversas notas florales o solamente incluir la esencia de una única flor, que a su vez se complementa con notas secundarias.

Son comunes los perfumes basados en notas de rosas y embriagadoras flores como el jazmín, azahar o ylang – ylang, que los perfumistas suelen mezclar con toques verdes, aldehídicos, frutales o especiados.

Por lo general, según el carácter de la fragancia, los perfumes florales pueden clasificarse en:

• Florales frescos y ligeros. Suelen tener elementos cítricos pronunciados así como acuáticos y afrutados. Retratan las típicas flores de la primavera como el lirio de los valles, la flor de cerezo o la freesía.

• Florales clásicos. Son más complejos, y se componen de notas de tuberosa, flor de naranjo, narciso y acentos balsámicos.

• Introducen el aroma de las hojas y la hierba fresca dentro del perfume. La violeta y hoja de violeta son notas típicas.

Otra clasificación de los perfumes florales más detallada es la que hace la  Sociedad francesa de perfumistas, dividiendo el grupo en:

• Soliflores. Su estructura básica gira en torno a una flor protagonista de mayor o menor complejidad figurativa.

• Soliflor lavanda. En este grupo entran aquellas fragancias cuyo porcentaje de aceite esencial de lavanda es muy alto. Por la naturaleza aromática de esta planta se le considera un grupo aparte.

• Floral aldehído. Se contrasta una salida cítrica – aldehídica, un cuerpo floral difuminado y una base empolvada.

• Floral verde. Las notas verdes de hierba cortada acompañan a las flores otorgándoles frescor y una sensación patente de vitalidad.

• Floral amaderado frutal. Las flores son acompañadas de notas frutales que le aportan un toque sutil dulce.

• Floral marino. Esta categoría es caracterizada por notas oceánicas que introducen un frescor profundo en los perfumes.

• Floral frutal. Su estructura gira en torno a notas frutales de bastante intensidad, con predominio de frutas como la pera, melón, frutos rojos y fresa.

Desde Aromas de Andalucía recomendamos a todos los amantes de los perfumes florales nuestra colección Renacer, que se compone de cinco fragancias diferentes: Rosas frescas, Flor de cerezo, Azahar, Edén y Brisa cítrica que aportarán personalidad y un olor inconfundible en cada rincón de tu hogar.

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