Al estar libres de alcohol, su curva de evaporación es más lenta, por lo que su aroma se mantiene constante hasta el final del producto, a diferencia de los de con alcohol, que son muy difusivos pero su evaporación es muy rápida.
Las varillas se colocan dentro del frasco para que absorban la esencia, y una vez impregnadas de perfume, las corrientes de aire del ambiente difunden el perfume de manera gradual y envolvente.
En general, teniendo corrientes, no será necesario dar la vuelta a las varillas. En caso de no tenerlas, se recomienda darles la vuelta en las primeras 48 horas. Después, una vez a la semana.
Esto va muy ligado con las preferencias de cada persona y con el tamaño del espacio en el que vamos a colocar nuestro difusor. No obstante, podemos graduar la intensidad de la esencia en función del número de varillas que usamos: con 2 varillas conseguiremos una intensidad mínima, y con 8 la mayor.
Recomendamos que en los olores frescos y suaves utilicemos 8 varillas para que el olor se aprecie bien. En cambio, si el aroma elegido es intenso y dulce recomendamos utilizar entre 4 y 6 varillas.
No obstante, si una vez puestas las varillas prefieres mayor o menos intensidad, siempre puedes añadir o retirar.
En ese caso se recomienda eliminar algunas de las varillas, lo que provocará una disminución en la intensidad de la difusión.
La cantidad de varillas que debemos emplear en nuestro difusor va muy ligado con las preferencias de cada persona y con el tamaño del espacio en el que vamos a colocar nuestro difusor. Sin embargo, se aconseja dar la vuelta a las varillas y agitar muy levemente el frasco del difusor para ayudar al proceso.
Por lo general, un solo difusor no es suficiente para aromatizar todos los ambientes de una casa. Por ello, optamos por colecciones de cinco fragancias que perfumen y decoren de forma discreta y elegante gracias al formato de 30 ml de nuestros difusores, los cinco rincones preferidos de tu hogar; además, una buena opción es añadir un mayor número de varillas al bote, para que la difusión sea superior.
Por lo general, se recomienda dar la vuelta a las varillas en las primeras 48 horas. Después, una vez a la semana.
Ahora bien, se recomienda sustituir las varillas cuando se cambie de fragancia o cuando estén saturadas de perfume y pierdan su funcionalidad pues en ciertas ocasiones, puede ocurrir que las varillas estén saturadas de esencia y deje de difundir la misma o incluso se impregnen de polvo y otras sustancias que hagan que pierda intensidad en la difusión.
Es muy complicada la disolución completa en el caso de materias primas o aceites esenciales naturales, lo que puede provocar un cambio de color en la esencia; incluso, se pueden apreciar sedimentos del material flotando.
En ambos casos, no afecta en absoluto ni a la esencia ni a su difusión y olor.
Hay que evitar poner en contacto las superficies con los palos impregnados de esencia, porque los colorantes manchan.
Recomendamos siempre utilizar el difusor en superficies planas y evitar superficies como paredes por ejemplo, pues el riesgo de que se manche es superior.
Ocurre que las varillas son naturales, de ratán, lo que hace que absorban el colorante de forma más rápida y fácil que otros materiales.